Escalada en rocódromo en Dehesa Boyal.
La práctica de este jueves ha tenido lugar en el Complejo Deportivo Municipal Dehesa Boyal. Considero que las instalaciones han sido muy apropiadas para el desarrollo de la actividad. Se trata de un polideportivo multiusos que goza de gran extensión, lo que permite la existencia de numerosas pistas para muy diferentes prácticas deportivas. Desde campo de rugby hasta pista de frontón, pasando por campos de fútbol sala, fútbol 11, fútbol 7, campos de baloncesto, pista de atletismo, mesas de ping-pong, pistas de tenis, pádel, una galería de tiro, piscinas con varios vasos -tanto cubierta como al aire libre- y amplios jardines. Además gozan de un amplio gimnasio y cafetería, cuyos recursos son muy amplios, salas de juego infantiles, SPA con jacuzzis, tumbonas térmicas, saunas, etc. Atendiendo a las instalaciones que usamos los alumnos del grado de CCAFyD considero que tuvimos la gran suerte de contar con un rocódromo cuyas posibilidades son muy amplias y con la ventaja de estar situado al aire libre (atributo del que pocos rocódromos pueden jactarse). También la Dehesa donde ha tenido lugar la actividad de orientación fue idónea, gozando de una amplia extensión y elementos naturales interesantes de cara al aprendizaje de los alumnos.
Para obtener una mayor información o contactar con el fin de resolver alguna duda sobre el Complejo Deportivo Municipal Dehesa Boyal podéis consultar la siguiente página: http://www.ssreyes.org/deportes/portal.do?NM=3&IDM=50&TR=C&IDR=10.
Localización del Complejo deportivo municipal de la Dehesa Boyal.

El desarrollo de la sesión ha tratado dos temáticas diferentes. Tomando como referencia el orden que seguimos mi grupo y yo como participantes, en primer lugar hemos realizado escalada en rocódromo y, tras 2 horas de actividades relacionadas con ello, una tarea de orientación por la Dehesa Boyal.
Tras una breve explicación de los objetivos y propósitos de la sesión comenzamos las tareas propias de la disciplina. En primer lugar considero que fue un gran acierto comenzar con actividades de familiarización que nos enseñaran aspectos relevantes de cara a la seguridad durante la práctica, tales como el uso de los arneses y su correcta colocación, la importancia del casco y un ajuste adecuado del mismo y aprender a realizar el “nudo de ocho”. Tras ellas se propuso una tarea en aras de calentar y comenzar con el compromiso motor y fue en mi opinión muy bueno, pues aunaba los contenidos mencionados y además proponía una carrera que dotó de carácter lúdico a la actividad, favoreciendo así la motivación del alumnado y su predisposición hacia la práctica.
Tras el calentamiento realizamos una tarea en Boulder, pasar del lado de una pared a otra, para lo cual nos dejaron indagar y hacerlo como creíamos oportuno. En mi opinión a partir de este punto y en lo que se respecta a la parte de escalada, el aprendizaje no ha sido del todo completo (para lo cual propondré alguna variante más adelante). He echado en falta alguna explicación más teórica como por ejemplo los tipos de escalda (libre, tradicional y deportiva); algunos fundamentos básicos como la necesidad de tener 3 apoyos o la importancia de tener el centro de gravedad cerca de la pared, mantener el peso del cuerpo sobre los pies, etc; los tipos de presas; la existencia o no de desplome y qué significa esto… Además tras realizar esta actividad los técnicos no ofrecieron feddback`s (durante la ejecución tampoco) de cómo debía hacerse correctamente, por lo que para muchos alumnos el aprendizaje fue insuficiente a pesar de haberlo vivenciado.
Considero que el boulder sin necesidad de material más allá de colchonetas podría haber dado más posibilidades.

Tras esta tarea pasamos directamente a hacer vías en pared vertical. En primer lugar hicimos top-rope o escalada como segundo. Probamos diferentes vías con una adecuada progresión creciente en cuanto a la dificultad, siempre de manera voluntaria, de manera que no se forzaba a nadie que no se viese capacitado para hacerlo.
Posteriormente hicimos un simulacro de escalda de primero, donde normalmente el escalador trepa partiendo del suelo sin que la cuerda se haya colocado previamente en un descuelgue. Según progresa, irá colocando la cuerda en los seguros intermedios mediante cintas exprés. En este caso, por motivos de seguridad el escalador que hacía de primero si iba asegurado. En ambas tareas practicamos la técnica de descuelgue y tomamos conciencia de la importancia del aseguramiento y la comprobación de las cuerdas y arnés, tanto del escalador como de la persona que asegura.
Para finalizar, una vez que todos o la gran mayoría pasamos por los diferentes roles mencionados, realizamos tareas donde practicamos el rapel, descendiendo por paredes verticales. Como tarea final me parece adecuada ya que las actividades anteriores requerían grandes esfuerzos de tracción y muchos de los alumnos presentaban fatiga muscular, por lo que no hubiese sido muy eficiente continuar con tareas donde dichos esfuerzos estuvieran muy presentes.
Como propuesta alternativa a la práctica creo que hubiese sido oportuna alguna tarea más de introducción para perder el miedo y familiarizarse con la escalada. Para algunos alumnos la escalada en pared vertical de unos 15 metros aproximadamente pudo resultar un verdadero reto por la escasa progresión e insuficientes tareas que lo precedieron. Hubiese sido entretenido al comienzo haber realizado más actividades relacionadas con el Boulder (paredes de escasa altura donde no son necesarios los arneses ni las cuerdas). Por ejemplo realizando competiciones entre los alumnos. También, conforme estos fuesen adquiriendo mayor competencia, podrían establecerse vías en las que introdujésemos condicionantes del tipo: “sólo podemos usar de apoyo de pies las piedras de color […]”, o “los agarres de manos solamente han de ser verdes”. Como he comentado con anterioridad también sería oportuna la inclusión de algunas explicaciones teóricas adicionales al comienzo o durante la propia practica para conocer diferentes elementos propios de la escalada y que el aprendizaje resulta más completo. Por supuesto incluiría el ofrecimiento constante de ítems por parte los técnicos para que alumnado sepa cómo ha ejecutado determinada acción y la manera de corregirla en caso de haber sido errónea.
Para aquellos alumnos que motrizmente estuvieran más capacitados y las tareas que realizase la mayoría del grupo no supusieran un reto, propondría tareas de mayor dificultad perceptiva, de decisión y motriz, véase por ejemplo realizar alguna vía con desplome y condicionando los posibles agarres y apoyos.